lunes, 3 de septiembre de 2012


En Busca del Tiempo Mítico
Una experiencia de aprendizaje de la fotografía documental  a través de una tradición ritual de la Huasteca
Dirigido e impartido por Antonio Castro García*




Presentación y Objetivos:
Septiembre es el mes de la Patria, la cual está seriamente trastocada por identidades ajenas y fetiches que se confunden con valores. Las identidades propias, por el contrario, están casi olvidadas y confundidas con un folcklorismo que nada tiene que ver con la rica nación a la que pertenecemos.  Entonces, la mexicanidad es una identidad por construir más que descubrir, ya que la trama social que la reproduce y recrea está en serias dificultades de subsistencia y lo mismo para las tradiciones y valores culturales que sustenta. De cualquier modo no están al alcance de las mayorías porque a quiénes se han encargado de “crear” la imagen de lo nacional, no les ha importado mucho asomarse a los pueblos rurales e indígenas que son portadoras de las tradiciones culturales de nuestro país.  Pensamos que es menester reconstruir los hilos que nos atan a una noción más propia de nuestro país, y al mismo tiempo nos ligan a nuestro entorno cultural vivo y de cosmogonías diversas,  vigentes, socialmente desconocidas. 

Las diferentes disciplinas que integran el área de humanidades y de las ciencias sociales, han abordado desde varios enfoques los temas de la cultura e identidad. Entre sus herramientas se encuentra la fotografía, que ha a portado innumerables testimonios acerca de los procesos y vínculos que integran a los ambientes comunitarios y sociales en nuestro país. Por todo ello, ofrecemos un taller que tiene como objetivo abrir una discusión en torno a estos conceptos y proporcionar herramientas para su acercamiento y estudio, donde el participante de cualquier profesión pueda obtener una visión complementaria o bien vincularse a los aspectos relativos a esta parte de la realidad asociada a la tradición, la mitología, la memoria colectiva, la cultura ancestral de muchos pueblos, siendo esta la materia del trabajo a documentar.  

Así mismo, el avance de la modernidad y la globalización hace pertinente la reflexión de estos procesos ya que no se encuentran considerados dentro de los esquemas del progreso del capital, y por el contrario, se les identifica con el atraso y sinónimo de ignorancia en un marco de producción de dinero sin valor. Tal desprecio tiene posiblemente su origen en la  carencia de un valor económico directo y asociado a vínculos comunitarios y a los esquemas de organización participativa, solidaridad y consensos comunitarios, aspectos que más bien se pretenden negar y destruir desde una óptica de poder vertical. Pero en el fondo, el actuar colectivo que mantiene estas tradiciones está ligado a la evolución psicosocial y la identidad grupo-individuo y su arraigo, sentido de pertenencia a un pasado, posiblemente muy lejano y transformado por la historia y el devenir de los tiempos. Este pasado se conserva en forma de creencia y rituales, nosotros le llamamos “la memoria mágica” enlazada con los mitos arcaicos que dieron origen a la agrupación, sostenimiento del orden social antiguo, recuperación de mitos por la colectividad y otros procesos en los que se profundizara, dado que lo hemos observado a través de el trabajo de registro documental. 

De este modo, queremos brindar algunas herramientas conceptuales y metodológicas para acercarse a el estudio de estos fenómenos, y por otro lado posibilitar una aplicación de estas herramientas en el área donde se desarrollan, en este caso como se da en una comunidad indígena Tének, de la Huasteca Veracruzana, que nos ha abierto las puertas para que respetuosamente intentemos conocer algunos elementos de sus rituales y tradiciones. Dos elementos cobran fuerza para este acercamiento: la música y la danza en el contexto de un ritual de petición de lluvia. La danza denominada Los Mecos, nos acercan a este contexto de voces y recuerdos trasmitidos a través de muchas generaciones a través de los tiempos más intrincados, incluido el presente, y preservado por un pueblo campesino y hablante de una lengua indígena, el Tének, y que en si misma constituye un producto cultural de enorme vitalidad y valor social. 

Consideramos a la fotografía como un arte. Cómo una herramienta de expresión de la sensibilidad, de la creatividad y la inteligencia humana. Por ello, abordarla en si es valorar estéticamente al mundo de las imágenes, la visión y los entornos armónicos que nos brinda la realidad y el fotógrafo deberá tener la sensibilidad de atrapar al tiempo y sus cualidades en imágenes, por ello no es solo una herramienta técnica individual, sino un medio para la creación.